dissabte, 1 de gener del 2011

RECORDANDO A ÁLVARO


Álvaro nos dejó en la noche de fin de año, no llegó a ver el año nuevo y nos dejó solos para afrontar lo que nos espere, creo que no será un camino de rosas y le necesitábamos más que nunca, siempre lo necesitamos, con él contábamos para todas nuestras luchas, su vida fue eso, una lucha continua, nunca se arrugó, él lo dijo y así fue, toda su vida lo muestra.

Luchador desde su juventud, primero en el PCE,  su desilusión ante la política de reconciliación nacional le hizo salir de ese partido y buscar otro que consideró más de acuerdo con sus ideas marxistas y revolucionarias, militó en el Partido Comunista marxista-leninista y en el FRAP, fundado por este partido.

La represión franquista se abatió sobre él, cuando pasábamos manifestando por la Puerta de Sol en Madrid, siempre miraba con odio el edificio de la dirección general de seguridad, en sus mazmorras sufrió torturas que le dejaron importantes secuelas que arrastraría toda su vida.

Después de cumplir condena siguió sus actividades revolucionarias y tuvo que exiliarse al ser de nuevo perseguido, el exilio no es agradable para nadie y menos para los que deseábamos continuar nuestra lucha por la justicia, el desgarro es grande al pensar en nuestros camaradas que luchan en el interior, tan lejos y tan cerca de nosotros, él así lo sintió y clandestino volvía a España para continuar la lucha. Pasó algunos años en Suiza, inmerso en los misterios y secretos de sus grandes lagos.

A la muerte de Franco volvió para vivir en su país y continuar la lucha de su vida, pronto llegó la desilusión, la transición, querida por unos cuantos dirigentes de partidos que solo deseaban ocupar puestos y que no dudaron en traicionar todas las ideas por las que luchamos. Él no se rindió, enarbolando siempre su bandera tricolor desafiaba en las calles a los mismos miembros del partido de Carrillo que en ese momento eran más monárquicos que dios, de ellos recibió golpes sin que consiguieran arrancarle su bandera.

Sin pertenecer a ningún partido continuó su lucha por la república y la Verdad, la Justicia y la Reparación en el seno de diversas entidades memorialistas y coordinadoras republicanas. Sus últimos años los pasó pidiendo República y justicia para sus camaradas asesinados, los del 27 de septiembre, Cipriano Martos, todos estaban con él y con nosotros, siempre le recordaremos en la plaza de Sant Jaume, cada último sábado de mes, llevaba sobre su pecho la foto de Baena, compañero de lucha asesinado. Hasta el último momento mantuvo el tipo ante la enfermedad, que no  pudo arrugarle.

Con él fuimos por muchos sitios pidiendo justicia, a Navarra, en Tarragona o Girona, bajo el árbol donde fue asesinado Txiki podía vérsele durante años sin temor de las provocaciones fascistas. Su última salida pública fue para protestar por la venida del papa a Barcelona, durante horas estuvo con nosotros con la pancarta de rechazo a Mefisto, era ateo y miembro de la asociación de Ateos y Republicanos, su cuerpo lo legó a la ciencia, que era su única creencia.

Creo que tuvo una vida que podía ser envidiable para muchos, fue fiel a sus ideas y pudo hasta el final luchar por ellas, fue amado de muchas mujeres y admirado por sus amigos, murió rodeado del afecto de su compañera, de su hijo y de todos nosotros que pudimos acompañarle los últimos años de su vida, su ejemplo nos guiará hasta que consigamos lo que él no pudo ver, la República. 

Hasta siempre Álvaro.





Estos últimos años fueron de encuentros fructíferos de compañeros de luchas anteriores, que penosamente siguen siendo las mismas a pesar del tiempo transcurrido. Compañeros que se unen para no claudicar ante el olvido y para recuperar lo que les robaron a los que tomaron el relevo. Álvaro fiel a si mismo no cesó en un empeño que es el nuestro y sin duda alguna contaba contigo para seguir adelante.

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